10 de septiembre de 2010

Sólo un café me embriaga y sueño con su aroma [Parte 2.1]

¿A sido larga la espera? Si es así fue para aumentar tu expectativa, así podemos esperar mayor placer. Esta es la segunda parte de toda la historia... Continua, espero invadir tus sentidos con las siguientes entregas.
Antes de leer esta parte debiste leer la PARTE 1.1  
Dos semanas después de divagar de una forma tan, quizás original sería la manera de llamarle, desperté con esas imágenes del sueño en lo profundo de mi cerebro y sin poder removerlas me levante de mi letargo.

Este día decidí salir de mi rutina y darme el gusto de deleitar mi paladar con el sabor de un humeante café, inmediatamente me dirigí al centro a esa cafetería que por lo regular estos días se encontraba sola y podía disfrutar de sus sillones acolchonados y esa media luz en la esquina.

Llegue sin contratiempo alguno a la cafetería pedí el café del día, vaya mi suerte era una deliciosa mezcla de quien sabe que cafés latinoamericanos con uno de Sudáfrica, el olor del café era intenso pero dulce y al probarlo mientras subía las escaleras para aquel sillón (mi favorito en el local donde me podía reposar con una enriquecedora media luz para relajarme) tome un pequeño trago de mi vaso, un sabor amargo pero a la vez dulce exactamente lo que estaba buscando, me senté y exhale como si el vapor emanado por el café que acababa de beber surgiera de mis pulmones como cigarrillo adheridos a los mismos.

Desde que desperté y me arregle para saciar mi antojo me creí aliviado a que esas imágenes de mi delirio (o más bien sueño despierto) se habían quedado solo ahí pero al reclinarme sobre mi asiento y bebiendo poco a poco de mi vaso humeante, sentía como el café se deslizaba por mi lengua erotizando cada una de mis papilas gustativas donde desenmascaraba cada partícula de sabor del mismo ahí fue cuando mis parpados se hacían sumamente pesados y cada vez me parecía mucho más cómodo mi aposento, pensé – Demonios Morfeo, me dopas… me dopas en el momento menos indicado.

Abría lentamente mis ojos esa habitación de hotel con la cama que ahora me quedaba grande, que pereza sentía… necesitaba dormir. Justo en ese momento ella, en un bello conjunto de lencería (nada excitante, más bien amistoso y coqueto), un brassier que levantaba sus dos montes con un diseño que entremezclaba colores rosas, rojos, amarillos y rosas en unas figurillas amigables y unas bragas parecidas a un pequeñísimo short con el mismo juego de figurillas y colores, brinco cayendo parada con sus pies a mis lados comenzó a brincar haciéndome rebotar un poco en el colchón diciendo – Levántate, levántate, ya, levántate, nos tenemos que ir, levántate, anda por favor despierta… - ahí decidí abrir por completo mis ojos y ponerme boca arriba y fue cuando se dejo caer sentada sobre mi estomago haciéndome expedir casi todo el aire en mis pulmones y poniendo sus manos en mi torso desnudo dijo - ¡Que te levantes carajo ya es tarde! – la verdad es que me gusto como gritaba y desesperarla para mi podría ser un juego bastante entretenido.

¿Tarde para que carajos? – respondí con apatía en mi voz.

Le dije a A… que hoy iríamos al puerto, dije que te avisaría pero no te avise anoche… Nos pusimos a jugar y se me olvido, ¿recuerdas? – La verdad es que no recordaba nada, una vez más estaba en algo que aparentemente sabía que había pasado y por alguna razón no podía recordarlo con exactitud, sin embargo respondí – Si, si recuerdo… no que me avisaras algo pero si lo de jugar… Me has comprometido a algo que yo no quería, aún por lo menos, hoy quería dormir bastante, pero anda pues – la empuje a mi lado derecho por su cadera desnuda – no vine tan lejos para quedarme a dormir, veamos que hay en el puerto.

Ella se limito a sonreír un poco y se levanto inmediatamente para terminar de vestirse mientras yo estiraba los brazos y descubría bajo las sabanas que me encontraba completamente desnudo, interesante, podría sacar las conclusiones más obvias pero no me sentía como tal… Así que supuse que descubriría que había pasado, que aparentemente recordaba, unas horas después. Sin más me dirigí a tomar el baño más rápido que pude, seque lo mas que pude mi cabello con la toalla y me vestí para salir…
Continua PARTE 2.2

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