22 de octubre de 2012

Envenenamiento


Casi imposible no escribir esto,
Cuando el alma aúlla dolor,
Y ansía dejarte ir,
Realmente necesito sacarlo de mi ser,
Al fin.

La historia resulto así:
Un completo desconocido llega a tu vida,
A darle “sentido”, “amor” y el mejor de los venenos…
La dulce locura que ataña tu ser y ciega totalmente.
Llegaste a envenenar mi vida y el resto,
Volviendo el amanecer en anochecer.

Juraste, juraste en vano tu amor,
La pasión que creí tenías por mi cuerpo,
Por mis ganas, por mi esencia…
Juraste que cuidarías mi enloquecer.

Tal vez nunca sentiste amor, sólo era un deseo carnal,
No lo niego lograste hacerme arder en el paraíso
Que tiempo después convertiste en el mismo infierno,
Condescendiendo mis anhelos, mi cerebro.

Me diste todas las herramientas para destruirme,
Creaste amor en mi alma, la dejaste hundirse en él,
Engrandeciste mis sueños, para entonces ponerles una cadena,
No obstante, no basto, los pisoteaste para subir de escalón.

Heriste tan profundamente,
Logrando bloquear de tu mente mis alaridos,
Las heridas siguen en carne viva,
Gritando de dolor, llenas de amargura.

Derretiste mis alas,
Uniste mis peores miedos con la iracunda falta de lógica,
Fui esclava de mis propios delirios,
Lograste convertirme en mi peor demonio.

Mendiola Daniela.

No hay comentarios: