21 de junio de 2012

Carta 2: Champagne, siempre es mejor para dos

Continuó imaginando con la inspiración de ella, si no haz leído la primera carta debes dar click AQUÍ podrás continuar con está carta. Espero tus comentarios...
París es maravilloso, creo que todos los turistas pueden decir eso ya que hay muchas postales. A pesar de todo eso algo que tienes que tener claro es que no es una ciudad para estar sólo y soltero pues el champagne sabe mejor cuando se comparte entre dos personas.

A pesar de ya realizar varios viajes y siempre haciendo maroma y teatro para juntar los euros suficientes para llegar, llegaba, y aún así no conozco gran cosa de París pero siempre la paso en el mejor lugar que París nunca hablará de el en sus centros turísticos y esa era su habitación.

Encerrados durante los días de mi estancia, disfrutando de comidas rápidas o bien queriendo hacer gala de mis mal trechas habilidades culinarias pero siempre esperando que sea completamente de su agrado.

Una visita más tenía programada, ahora compartiríamos champagne hasta sentirnos ebrios y seguir queriéndonos quizás con algo de resaca por la mañana.

Es lo que más he disfrutado, ir compartiendo todo eso como amigos y aun sabernos amantes, cómplices y pareja… Sin embargo, me encantaría poder llegar más de improviso y sorprenderle, siempre ando esperando el momento de poder hacerle cualquier tipo de sorpresa.

No debería desviarme al amargo licor del ahora, estoy recordando y hacerte envidiar de quién es ella para mi viejo camarada.

Una de las cosas que al mundo entero puede parecerle tan complicado es que dos seres tan distintos podrían siquiera pensar en estar juntos, pues desde el inicio he creído que todas esas diferencias nos unían más.

Ella fue convirtiéndose en mi más grande delirio, serena y calmada, callada en muchas cosas y quizás parecería fría como yo solía serlo, ahí fue como fue forzando mi cerradura con solo unos cuantos besos. Ella tan espontánea, divertida, animada por la vida nocturna cuando yo no desprecio esa vida nocturna pero no la vivo igual.

Sin embargo todo eso me hacía que me gustará cada vez más, me hacía desear hacerle sentir tan bien para que estallara en emoción y amor por mi para juntos disfrutar de esa increíble mezcla de emociones.

Ella se hizo mi más grande gusto al ver, me encanta su mirada y me vuelvo débil a sus palabras y deseo bajar la luna y quebrarla en millones de pedazos para escribir en cada uno de esos pedazos lo tanto que para mi es, lo tanto que me agrada, lo loco que me vuelve y lo tanto que deliro con su piel, con su aliento, con su brillo.

Inundar mis sentidos al besar sus labios, mis manos pierden el control y desean rodear su espalda y recorrerla lentamente como si fuese una reliquia que apreciar… Luego sentirme escultor y con manos y besos seguir cada línea de su cuerpo recreando su forma como monumento en mi mundo…

Carajo, el solo recordarlo me hace destapar otra botella de vino… Pero no sólo es el delirio de su presencia y de mi gusto exacerbado por su existencia, por su físico, sino que llego a instalarse en un mundo que nunca creí que vería más la luz, mi corazón… Claro, eso camarada te lo contaré después.
 

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