29 de mayo de 2012

Paradoja de un todo

No he publicado, he escrito demasiado pero nada que pueda ir aquí... Aún así querido lector te traigo una improvisación aparecida en sueños e intento transcribirla toda para la persona que debería escuchar mi prosa. No se si lea esto pero pronto tendrá más de mis prosas...
Sueños que te pertenecen, mi piel se congela en el alba de tu ausencia. Noches de inmaculado insomnio con mi mente hurgando en planes para recuperar tu aliento junto al mío...

Ella es todo y no supe de eso hasta saber lo que siempre he sabido, ella es todo.

Ella es la cumbre de la montaña, blanca y tranquila pero difícil de alcanzar. Derrite su deseo cuando nos juntamos en un abrazo celestial.

Ella es la ternura hecha mirada. Su mirar dorado me llena de gran brillo... No hay en ella neblina alguna, ni cuando me ha visto con el gran dolor.

Ella es mi delirio, mi razón, mi sueño más lúcido... Ella es el motivo para dormir y crear sueños hechos historias, pasarlos al papel esperando el momento justo para recitarlos. 

Ella se ha vuelto la razón de todo lo que no tenía razón por que mi locura se une a su locura.

Ella y yo, sin sanar la locura sino alentandola... Creando nuestro mundo lleno del desenfreno de nuestro loco amor.

Ella es la rosa más bella y abre sus labios cuál pétalos a mis labios funestos que soltaron veneno en forma de mentiras...

La caída en el risco fue mi culpa, he causado un gran daño, pero ve mi amor que el corazón en tus manos sigue latiendo y que estoy escalando para subir cada fragmento de lo que se ha roto para suturar las heridas.

Soy el hombre que tuvo lo que siempre quiso, ella que era todo de un mundo que no era de ella o mío sino nuestro. Soy el hombre que cree que todo lo que se ha roto o dañado puede repararse con tan sólo un poco de fé y siempre con amor...

¿Soy un ser iluso? 

He de ser todo y nada para crear todo y ganar tu corazón...

12 de mayo de 2012

Hace tanto...


Esta noche, los sueños me invaden, los recuerdos me marean y las ilusiones me elevan… Me dejo guiar por el encanto de la noche, su dulce aroma, con su éxtasis de estrellas, con su inmensidad de formas escondidas en la oscuridad; respiro el aire cristalino que me lleva a empezar a pensarte.

Extasiada de confusión, empiezo a escribir de ti, en este jardín oscuro.
Subo la mirada, y ahí está la luna, observándome, invitándome a bailar bajo su as de luz, me incita a conquistarte, y aunque sea en sueños, sentirte mío, sentir el roce de tus labios en mi piel, sentir la caricia de tus dedos sobre mi ser, imaginarme tuya, convirtiéndolo en nosotros, en la fusión perfecta de nuestras almas…
Respiro, acomodo los pensamientos, me dispongo a escribir, por ti.

Aprendí a amar cada letra que pide a gritos salir de mis dedos, para plasmarla aquí, dónde tal vez me lees, dónde tal vez me recuerdas, dónde tal vez me extrañas, aunque sea un poco.
Aprendí a llenar mis letras de rabia, de pasión, de inspiración, por el simple hecho que nacieron gracias a ti, pero no contigo.
Aprendí que tienen que ser llevadas a los ojos del mundo, que deseo, se entere que ya eres parte de estos insomnios, de esta pasión de escribir, de este maldito sentimiento que apareció con tu llegada.

Hace tanto no me sentía así, tan llena de alguien, pero vacía de el.
Extrañando a una persona que nunca ha mirado mis gestos, que nunca ha mirado estos sueños en mis ojos, que nunca ha desesperado por saber de mi.
Hace tanto que no escribía para quién no me deseaba leer, que no moría por un beso de mis labios, para quién no quería tomar mi mano y caminar, sólo uno, al lado del otro, sin preguntar porque, sólo sabiendo que allí era el lugar en el que anhelaba estar.
Hace ya tanto… Que ya no recuerdo.

Perdí el control de este sentimiento.
Perdí la noción del tiempo.
Perdí la sonrisa por amor, vaya ironía.
Perdí la brújula que me indicaba el sendero indicado.
Perdí el suelo, por un individuo que me fue indiferente.
Perdí las horas que te di, perdí el corazón.

Decidí dejar enamorarme por la vida, por la noche, por cada mañana que me reprocha volver a seguir, volver a disfrutar mi reflejo, sin miedo, sin soledad, sin tristeza.
Decidí volver a vivir, en silencio cada noche, recordándote.