5 de diciembre de 2011

Eternidad


Eternidad es todo aquel que sientes sin frontera, eternidad es no tenerte…

Recitaba recargado frente a aquel viejo roble recordando el brillo de la luna que esta noche no me acompaña y sólo es la hoguera que me da algo de luz. Recuerdos, sólo eso y nada más, donde posé mis labios por primera vez junto a los tuyos.

El silencio se hace mi castigo y es así que estoy aquí hablándole a un roble, contando mis momentos a tu lado, tu sonrisa, tu sufrimiento interno al saber que partiría y que no podíamos detener lo que era inevitable hasta el estallido… Deseaba que no me ayudaras a encender el detonador.

La obscuridad de este lugar me gobierna, la hoguera se aviva y cae mientras que el aire frío me golpea… Sufrimiento, revelo mi piel ante la noche y ella reacciona… Te extraño, gritan mis sentidos, amenizan mis entrañas…

Las sombras se acercan a mí, no llega aún el miedo, aún soporto… ¡Más aire y más dolor en la piel!

Ya están aquí, no hay más… Sin miedo. Estúpido iluso al creer que uno no debe temer… Así en mis brazos escurría la sangre lentamente hasta derramarse en el piso, no se cae con las rodillas sino con la cara al cielo y la espalda en la fogata.

Mi sangre hierve por dentro, la carne se ennegrece y el humo es venenoso. Estoy consciente y ahora el dolor llega a mi mente… Mis labios ahora recuerdan tu sabor, tus sonidos y hasta tus lágrimas… Sonrío, por fin recuerdo lo que es sonreír…

Eternamente un silencio me marca, exagero sólo es un instante y tu me lo recordarás… Ahora me detestas, odias todo lo que carezco pero es porque odias todo lo que soy por no estar ahí cómo yo odio estar acostado en la fogata derramando sangre y sólo veo el obscurecer de la luna…