29 de agosto de 2010

Hace tiempo que no soñaba despierto... [Parte 1.3]

Ha llegado la culmine del primer relato, la primera parte de una historia que espero se alargue más. Sigue leyendo, sin embargo, si no haz leído las dos primeras partes debes ir a hacerlo.
PARTE 1.1, PARTE 1.2 
A partir de ahí todo se hizo nebuloso para los días siguientes, si mal no me equivoco serán tres días en los que pase comiendo y bebiendo lo típico de la región. Algo que quizás debió resultarme un poco incomodo fue el conocer a nuevas personas, convivir con ellas… pero tenía el sentimiento que alguien faltaba por aparecer… ¿O será mas bien por conocer? No tengo idea realmente, solo se que ahí andaba pasando como cualquier otro ser sociable y que no tiene repugnancia por otro ser humano.

Estaba anocheciendo y decidí el sentarme un momento en la calle, saliendo M… me dijo a voz alta y bien airada – Hoy voy contigo al mentado Hotel… payaso... – a lo cuál respondí con una pequeña risa y un “vale”. Sentado ahí fue cuando apareció, estoy seguro que es algún vecino de la zona, pero a mi me pareció algo así como un simple vago de inmediato aquel sujeto comenzó la platica con un celebre “¿Qué tal?” dude realmente en responder pero lo hice diciendo – Bastante cómodo, aletargado en esa comodidad… y creo que feliz ante alguna inseguridad que puedo sentir… ¿Qué puedes decir tu? – el me vio con un tanto de impresión y un poco de la mezcla de incredulidad y miedo.

Después de unos minutos el respondió – Buscando respuestas a lo que no debería buscar respuestas, tratando de hallar… algo que ya se – la verdad es que esto me pareció interesante, quedamos en silencio un rato más cuando escuchamos y giramos nuestras cabezas al mismo tiempo que salía la señorita A… y M… riéndose, A… fue a saludar de inmediato al vagabundo al que se fue retirando y despedí diciendo – Quizás solo debamos sentir y olvidar la razón por un momento, solo un momento – sin imaginar que mi declaración debería ser la misma que yo debería seguir…

Fuimos platicando de cosas triviales y en el camino, debo admitirlo, me sentía cómodo al ir con M…, quizás no era realmente extraño o de asombrar tal cosa. Ella me mencionaba que se sentía bien y de alguna manera muy feliz y que no sabía porque razón.

Llegamos al hotel y yo me recosté inmediatamente, claro, como siempre hice gala de mis modales, ella paso primero y fue al baño…

Suspire y en eso salió M… diciendo – Sabes, me siento realmente feliz y cómoda… normalmente cuando me siento así me desnudo, algo inocente, así cómo niños jugando desnudos… Me gusta, normalmente lo hago sola, pero estás aquí… ¿Te sientes feliz? – la verdad es que me encontraba sorprendido ante tal declaración y no entendía algo, es acaso una invitación para que me fuese; exactamente eso pregunte y fue negada mi respuestas… a lo que ella pregunto una vez mas frunciendo su seño (algo que normalmente me da una mezcla de risa y ternura) - ¿Te sientes feliz…? – respondí suspirando – Cómodo, realmente cómodo – ella solo frunció el seño un poco más…

Bueno y eso significa que estas feliz o ¿no? Sin embargo – me decía mientras que comenzó a quitarse lentamente la ropa – esto no es como aquellos casos donde te desnudas e inmediatamente tienes sexo, bueno, en dado caso que si haces el amor… claro que eso pasa con menos frecuencia.

Mis ojos no se pudieron apartar de la blusa que caía lentamente hacia la alfombra de la habitación frente a la cama que me postraba y soportaba en mi reposo junto con el ruido del cierre y el botón de su pantalón que caía lentamente a sus pies… Estaba descalza ya, eso pude notar de primera instancia mientras mis ojos lentamente y como con voluntad propia comenzaron a subir en dirección a esa blanca piel que se extendía en sus piernas hasta su cadera donde interrumpí el discurso - ¿Entonces el desnudarte es algo completamente inocente, un juego inocente que no involucra el intercambio de fluidos entre humanos? Ya que el sexo no solo llega a ser el clásico y bien amado por casi todos “mete-saca” – ella sonrío como ocultando una risa ante mi comentario un tanto escéptico, así lo calificaría yo.

Bueno, esta bien. Parece que me descubres, la verdad es que es un juego inocente claro, pero como todo puede prestarse para algo más que la simple inocencia que contamos en nuestra niñez. ¿Acaso no sufrimos ese cambio de inocencia e incitación al pecado en nuestra pubertad? – me declaraba con suma elocuencia que deje de admirar su cadera y di un brinco a su rostro en su tan esmerado discurso que defendía no se que jodida postura, quizás una que realmente no entendía. ¿O, a caso, es que sabía a que iba todo esto y no podría detenerlo pues ella era la que puso las 4 cartas del mismo palo en la mesa y yo solo tenía un full de reinas?

Entonces – quise responder – esto, realmente no entiendo y no quiero mal entender las cosas. ¿Es un juego donde te sientes feliz y libre al desnudarte que quieres hacerlo en mi presencia o estás invitándome a algo más?

Lentamente ella comenzó a quitar, forcejeando un poco, la parte superior que protegía a las dos gemelas del gusto por excelencia de casi todos los varones, las cuales se liberaron con suavidad y suma gracia con un pequeño rebote de su prisión de tela. Claro que pude notar tal cosa pero prestaba atención a lo que decía y gestaba su rostro – Pues no había pensado que fuese una invitación para algo pecaminoso, pero definitivamente ya no te invito he de pedirte que me acompañes en mi desnudez para gozarte visualmente y aumentar mi orgasmo de felicidad espontanea – A tal declaración respondí - ¿Estás segura que no me comprometo a nada? Y he de decirte que, vamos, ¿para deleite de tu vista? Mi cuerpo puede no ser el más adecuado, igual y ni te parece el más varonil y atractivo… Sin embargo, debo admitir que esto suena intrigante y nuevo para mí, he de probarlo. Así que acepto. – Diciendo esto me levante a 3 pasos de ella y comencé a desnudarme quedando en igualdad de condiciones para con ella, ella con esas pequeñas bragas color negro y yo los bóxer pegados negros con rayas grises.

Ella me veía a los ojos detenidamente, haciendo pequeños pero precisos vistazos a la parte posterior de mi cuerpo que se exponía, la verdad es que fue una sensación completamente nueva ya que con ella no sentía un pudor incomodo, sino, uno agradable y percibía de ella exactamente lo mismo que yo.

Creo que falta algo para que esto continué y debo declarar que esto es excitante… Ahm… bueno, me refiero – decía mientras se sonrojaba lentamente – a que es emocionante, no la excitación antes del “mete-saca”. - Eso, en lo personal me causo algo de gracia y halago, que usara mi analogía.

¿Es normal que tu cuerpo reaccione emanando tanta sangre alrededor de tu cuerpo y que las esferas y poros de tu piel se estimulen por si mismos que parece que se declaran en protesta para ser visto, además, supongo que es normal que ante tal emoción fluidos de tu cuerpo preparativos para cualquier suceso aparezcan? – lo decía con un tono de sarcasmo, pero la verdad es que era una pregunta seria, ya que si quería saber tal respuesta. Y ella musito un pequeño – Si y hasta más que en otras ocasiones… ¿En el tuyo pasa lo mismo? – a lo cual respondí – No he de responder para reafirmar tu mofa, ya que te haz dado cuenta.

Ella se sonrojo más y lentamente bajo su ultima prenda apartándola de sus pies e hizo un gesto invitándome. Con dicha invitación me iguale en condiciones y yo, la verdad es que no podía dejar de ver sus ojos que buscaban escapar de mi mirada, pudor pero una comodidad masoquista.

Me encanta como suena esa tonada de la luz parpadeante naranja, tururú, acompañado del zumbido de la vibración en la madera… Joder, el trabajo… ¡Dulce realidad fuego del crisol donde se funde la verdad!

¿Ahora estoy aquí y que debo hacer? La realidad es mejor pero la detesto tanto como odio soñar y ahora… ¿Dónde es que realmente estoy?

Y la música la volví a escuchar emanando de los parlantes de mi computadora:

On the floor of Tokyo
Or down in London town to go, go
With the record selection
With the mirror reflection
I'm dancing with myself

La verdad es que realmente quiero que salgas de mis sueños, sal de mis sueños...¡Carajo!

Realidad tu amargo y a la vez dulce sabor inundando mis sentidos.


Parte 2.1

25 de agosto de 2010

Hace tiempo que no soñaba despierto... [Parte 1.2]

Te doy la bienvenida a la continuación de uno de varios relatos que habrá en un futuro, desborda tu imaginación acompañado de mis letras y permiteme seducirte... 
Antes de que continúes leyendo, por si no lo haz hecho, debes leer la primera parte:  PARTE 1.1
Tome la mochila de ella junto con la mía, ella caminaba algo aprisa y yo le seguía desde atrás. Normalmente me gusta caminar rápido como a ella, pero en este momento me gustaba ver el bullicio de gente a la cuál buscaba evitar de que me tocase y verle caminar, su manera de caminar, evitando el tumulto y evitando que le tocaran con cierta gracia infantil y con un toque de fastidio por el momento yo caminaba saliendo de la terminal siguiéndole con la vista…

Abordamos un taxi, me subí y la empuje sonriéndole, no tengo idea y solo recuerdo que balbucee a donde íbamos y ella le indico de mejor manera a donde nos dirigíamos. De ahí el camino no fue muy diferente al del camión, ella solamente parecía más emocionada y de alguna manera su buen humor cambiaba de mi seriedad y frialdad a algo mejor…

Bajamos del taxi y caminamos una calle abajo, fue ahí cuando M… vio a la señorita A… - como suelo llamarle con mi supuesta cortesía hacia ella - corrieron y se gritaron palabras de cariño acompañadas de un clásico y bien sondado “güey” y “pendeja te extrañe” abrazándose fuertemente y yo observaba desde la banqueta y salió de mi esa mueca que semeja una sonrisa, era agradable verles tan alegres de volverse a encontrar.

M… me señalo y encamino a la señorita A… hacia donde me encontraba con las mochilas, yo estaba por sentarme justo cuando caminaban hacia mi entre que disipaban sus pequeñas risas. M… me presenta de manera correcta con la señorita A…, no me pude resistir e hice una reverencia lo mas dramática que pude y dije con la voz mas gruesa que pude emanar – Es un gusto conocerla por fin señorita A… - y besar su mano, ambas rieron con esta demostración de mi… ¿Cómo puedo llamarle a tal acto? No tengo idea, pero rieron ante tal suceso y eso me dio calma para poder emanar una sonrisa lo más real que pude.

Toda una tarde se me avecinaba por pasar con ellas pero al parecer nos dirigíamos a otro lugar donde una vez mas yo no estaba enterado, no hice ninguna protesta y caminaba junto con ellas, platicábamos de cualquier cosa o se fijaban en mi aspecto personal para hacer comentarios sarcásticos o que insinuaban algo de lo cuál yo no podía o no debía estar completamente enterado… A veces creo que aplica eso de “platica de mujeres” y debido a como he nacido estoy fuera de dicha conversación.

Por fin llegamos a la casa de la señorita A… Un ambiente nuevo, hay que sociabilizar y buscar ser una persona no desagradable por tu presencia para los demás, una tarea normal… por lo regular es mi trabajo realizar algo así. Inmediatamente entrando los padres de la bien ponderada señorita reconocieron a M… y la saludaron de una manera bastante amigable, atrás venía yo, por lo general recibo esa expresión de un extraño y pongo cara de amigable mientras en las personas al recibirme generan esos gestos que influyen miles de preguntas y me examinan de los pies a la ultima punta de mi cabello…

Pasado eso, A… me presento de la manera mas adecuada posible y conteste con toda la cortesía que pude emanar, inmediatamente nos invitaron a comer a lo cuál se me prohibió negarme con un elusivo y afectuoso codazo de M…

En la comida yo pretendía solo ser amable, era buena la comida bastante buena sin embargo no puedo recordar que comíamos, la mayor parte de la comida parecía un frenético interrogatorio en cuánto a los últimos sucesos de la vida de M… intercalando preguntas hacia mi persona, desde el quien era yo hasta que hacia… Pero toda la conversación se transformo en algo mucho más interesante e hilarante para mí persona, casi terminando la comida la madre de A… dijo – Sabes M… hacen muy bonita pareja, me alegra que por fin trajeras a alguien tan agradable como este joven – lo que resonó en todo el comedor fueron las palabras con ese tono dulce de madre amorosa “hacen muy bonita pareja” M… desorbito sus ojos y por poco escupe hacia mi un poco de la bebida ante tal declaración, yo no pude mas que acallar la risa que iba a brotar de mi y A… casi igual de que M… sorprendida pero ocultando su risa al igual que yo corrigió diciendo – No, no, no mamá. El solo es un amigo de nosotras, viene acompañando a M… - interrumpí el elaborado discurso que pensaba la señorita A… declamar para decir – Si, pues verán hace unos meses llegue a comentar con su hija y M… por internet que he tenido muchas ganas de ir a algún lugar nuevo, conocerlo y de preferencia que sea algo rústico… Meses después ella hace la propuesta de venir para acá, a lo cuál M… respondió que no podría por falta de dinero para el viaje bueno, pues yo teniendo un plan de viajero le propuse que fuésemos juntos y aquí nos encontramos – mientras decía eso en mi mente pasaba la pregunta ¿Cómo carajos es que no recordabas nada de esto antes? Bueno, parece que al final uno siempre termina recordando las cosas de alguna manera…

Pero no era así, no era exactamente esa verdad fue cuando tuve una especie de flashback mientras la platica continuaba. Recuerdo esa escena, salíamos – me refiero a M… y a mí – del MUNAL ese museo que por alguna razón me encanta visitar y M… me dijo que querría que yo le acompañase… y es cierto, yo compre los boletos pero ella me pago el suyo… eso recordé en ese momento.

Mientras tanto, la comida llego a su fin y pasamos platicar un rato a la sala ahí nos abandonaron sus padres y continuamos platicando y bromeando. La noche llegaba y yo quería descansar, me sentía cansado pues no he dormido en varios días. Dije que me retiraría al hotel, que tenía que anunciar mi llegada debido a lo del viaje, la señorita A… quería disuadirme de mis planes diciéndome que ahí podía quedarme, que no había problema, yo insistí que era necesario que fuese a decir que había llegado y que era necesario que pasara una noche ahí por lo menos yo que la señorita M… podría quedarse, al final aceptaron resignadas y pues partí al hotel que estaba a escasos 10 minutos caminando de ese agradable hogar.
Continua Parte 1.3

22 de agosto de 2010

Hace tiempo que no soñaba despierto... [Parte 1.1]

Te presento un relato un poco extenso donde se entremezcla la realidad con la ficción y para tu comodidad lo he divido en varias partes que publicare lo más consecutivamente posible. Ven al inicio de esta historia donde los nombres de los afectados son lo menos importante, juzga la historia al pasar mis letras.
PARTE 1.1, PARTE 1.2, PARTE 1.3

La tarde que se esfumaba de un día tan rutinariamente aburrido donde me postraba en aquella vieja silla – silla que uso para trabajar – pensé. El reproductor de música tocaba esa vieja canción que alguna vez una bella musa me dedico y sin darme cuenta fui sumergiéndome en el mar de mi imaginación – mar que no puedo explorar por completo y aun resulta tan mío que es ajeno a la vez – lentamente sentía como mi mirada se fijaba en esa pantalla, en esa ventana que seguía tintineando y emanando esa luz naranja…

Ahí aparecí yo en aquel camión, hasta el frente del lado del pasillo, en un camión de ADO. Ya había utilizado alguno de estos alguna vez, en un viaje con una persona especial donde ya todo lo mágico lo veía más lógico, pero no es aquella ocasión, no es ese recuerdo… Entonces - ¿Qué carajo hago aquí? – pensé…

No le di vueltas al asunto y simplemente me relaje en mi asiento, al parecer viajaba solo, pues gire mi cabeza a la izquierda y no había nadie. Pero tenía esa sensación de venir cuidando a alguien, exactamente, venía con alguien así lo podía sentir. Sin embargo como en la mayoría de las situaciones donde sientes algo y lo mas que puedes hacer para resolver si estas equivocado o no, espere, saque lentamente el aire de mis pulmones por mi nariz sintiendo cada brisa que mi nariz emanaba e imaginando como mi exhalación se mezclaba con los olores de aquel camión – en ese momento – es cuando alguien caminaba por el pasillo, el olor me era familiar – ese shampoo – era una chica y caminaba hasta el frente, sin pedir permiso y sin realmente verle se sentó a mi lado. ¿Quién era? ¿Por qué no puedo recordar nada? – pensé y pensé – hasta que ella volteo y vi esos grandes ojos, ese cabello rebelde, ondulado y tan atractivo con esa carita redondeada angelical… ¡Pero que carajo digo!

Sin más ella sonrío y me empujo diciendo – Estoy cansada de andar sentada, ya me quiero bajar, ya no tengo sueño… ¿Cuánto falta? – titubeando le respondí que no faltaba mucho, solo 30 minutos más. Ella suspiro – Bueno, por lo menos no vine sola a Poza Rica a encontrar a esos cabrones… Me alegra que vinieses conmigo – dijo viendo por la ventana como ocultándose, como es costumbre yo no dije nada y seguía meditando entre la gran pregunta; ¿Qué carajo pasa aquí?

Algo era obvio, iba a Poza Rica en Veracruz pero ¿a que voy yo? ¿Por qué estoy acompañándola? Y sobre todo; ¿Qué vengo a hacer acá? No cabía duda, tendría que esperar ya que solo se que ahí iba…

Paso el tiempo y hacia gala de mi excesiva paciencia. El camión se detenía lentamente y mi compañera la observaba detenidamente, recorrí desde sus pies hasta su cara lentamente. No dejaba de bambolear sus pies mientras se iba deteniendo el camión y buscaba ocultar esa sonrisa de felicidad detrás de una mueca de seriedad. Fue entonces cuando recordé quien diablos era y dije en voz alta como sorprendido – M… joder – ella volteo y me respondió, frunciendo el ceño y torciendo la boca  - ¿Qué? – dije que no pasaba nada y se fue levantando empujando mis pies para apoyar una de sus rodillas en uno de mis muslos y bajar una mochila del compartimento del pasillo.

Mientras se recargaba en mi pierna la voltee a ver y me sonrió como si hiciese una travesura y en cuanto bajo la mochila le hice cosquillas en su estomago a lo que replico con un – Noooo deja… ya… - y yo solo reí.

¡Mierda! Un nuevo e-mail, de seguro una estupidez en cadena o – si se da el caso debe ser algo del trabajo – reviso y efectivamente una estupidez que tenga que ver con sexo, genitales o algún chiste de cualquiera de estos acompañados de algún cliché… ¡A la mierda! Grite y bebí un poco de agua para volver a recargarme y ver mi pantalla con ese fondo tan exquisito…
Continua PARTE 1.2

14 de agosto de 2010

Un pétalo azul, una espina verde y roja

Te presento la primera entrada de este espacio donde se liberará el erotismo, el amor, el dolor del mismo, la lujuria y todo aquel pensamiento que caiga en el tabú o en el pecado. 
El siguiente cuento es el fragmento de un sueño con deseos de que se lleve a nuestra realidad, también es un deseo tan común en cada ser humano... Te invito que dejes volar tu imaginación y en cada palabra que lleves expongas cada uno de tus deseos. Espero deseoso tus comentarios. 


Hace mucho tiempo, en un tiempo realmente incontable, en un vórtice cerca del continente de Mu se cuenta una leyenda, algo que realmente paso…

Pasando aquel vórtice se llega a una extraña y solitaria playa donde el agua que golpea unas afiladas piedras es tan fría para cualquier persona que el solo tocarla puede hacer que sientas el mayor frío en tu interior y que sientas centímetro a centímetro como se parte tu piel debido al frío.

En esta fría tierra algún día el amor entre sus habitantes existía con gran facilidad, en cada ser que pisaba esta tierra el amor se anidaba en su alma pero en esta dimensión faltaba algo de tristeza, algo que diera malas noticias y es así como el amor se congelo y abandono a todo ser que pisaba esta isla, durante un tiempo inmenso el amor se fue y la luna al igual que este dejo de aparecer en el cielo de la isla.

Una mujer aun tenía la esperanza de encontrar alegría y bailaba cerca de la playa donde lo único que parecía ser cálido era el fulgor del sol que se asomaba a media tarde entre la lejanía del mar, ella giraba y contorneaba su cuerpo al son del viento, al son de una música que ella no podía oír y sin embargo creía conocer. Cada día ella se presentaba en esa playa, en ese mismo lugar a bailar añorando sentir felicidad o, por lo menos, sentir algo alejado a su eterna soledad y melancolía…

Al otro lado un hombre veía el atardecer día con día, sumergiéndose cada vez mas en un mar de pensamientos fríos como el agua de la playa, buscando sentimientos cálidos en su interior… Día con día caminaba pensando un poco más lejos del lugar donde pasaba la noche.

Los días por meses siguieron siendo los mismos, nuestros protagonistas sumergidos en la misma y letárgica rutina… Hasta que un día como cualquier otro el siguió avanzando pero llego a aquella parte de la playa donde ella siempre bailaba, donde rogaba con movimientos bellos sentir algo… algo distinto…

El seguía sumergido en sus pensamientos cuando levanto la mirada inspeccionando cada una de las filosas piedras de la orilla de la playa, ella bailaba al otro lado, separados por una barrera de la helada agua y puntiagudas rocas amenazantes. El ya no pensó mas en el sin fin de ideas, solo un pensamiento ocupo su turbada mente, ella y su delicado baile. Sus movimientos lentos se reflejaban en sus pupilas, el meneo de aquel delicado vestido blanco empujado e incitado por  el silbante viento con sabor a sal.

En aquella barrera de filosas piedras se levantaba una rosa de un color azul brillante, caía la noche y la flor destilaba un brillo que cautivo a la joven bailarina y vio aquella flor para sentir por fin al estar quieta lo que nunca había sentido. Un cosquilleo se alzaba desde su espalda hasta su nuca, sus pies ya no eran las dos columnas fuertes que le acompañaban a danzar día tras día, sino, que ahora eran dos piernas inertes y llevadas por el golpe del viento salado y fresco en ellas… La mirada de él le hizo sentir por fin y ella dejándose llevar por lo que sentía y el viento que le decía – Anda ve y no te detengas - camino hasta aquella muralla de frías, filosas e ineludibles piedras golpeadas por la espuma de la gélida marea…

El le veía sin saber que hacer, hipnotizado por la mirada de ella y sin saber el como fue caminando hacia aquella muralla que les separaba, ella sentada en el filo de la muralla y el viéndola ponía cada uno de sus pies en el agua espumosa, salada y fría… El no tenía frío, no sentía dolor, sentía un calor desde el interior de su pecho que recorría su vientre para ir a su cadera… que invadía su rostro… Ella sentía que el aíre era como gelatina al entrar por su nariz.

A un paso de ella y siendo rasgado por las piedras extendió su mano, la flor que a sus pies se blandía crecía y con filosas espinas subía por las piernas de el. Él le sonrío y dijo –Mi mano…- ella le miro y tomando con fuerza y ambas manos agarro la de el y rozaba su mano en sus mejilla.

La flor brillante de grandes espinas y pétalos azules apretaba con fuerza el cuerpo de él, recorría su mano y las manos de ellas entrelazadas hasta que ambos cubiertos de las espinas y pétalos de la extraña flor se acercaron. Cada vez más cerca la flor les apretaba con mas fuerza cada parte de su cuerpo, rasgando su suave piel…

Las nubes se abrieron en un gran portal de marfil y haciendo acto de presencia la luna alumbro la escena de dolor, amor y esperanza que sucedía en aquella fría isla de aquel mundo desconocido. Y ellos sin perder la mirada se acercaron, sangrantes y encogidos por el reconfortante calor que uno sentía por el otro sus bocas se unieron para no despegarse.

Gotas de sudor mezcladas con gotas de aquel bálsamo color carmín sus bocas selladas y un calor que les quemaba desde la parte más recóndita de su cuerpo…
“¿Crees saber lo que es el amor? ¿Crees saber amar?... Esta leyenda es un ejemplo para ti, para esa persona que ama por necesidad y no por que desee hacerlo. Para ti que el amor de quien sea y de lo que sea es una inyección de heroína alimentando a tu adicto orgullo.”